viernes, 23 de septiembre de 2011

UN POEMA DE RAFAEL FOMBELLIDA



Entre los poetas actuales que empezaron a publicar en los ochenta uno de los que más me interesan es Rafael Fombellida. La poesía de Fombellida bascula entre lo figurativo y lo metafísico con una solidez discursiva determinante para dar fuerza al poema. A diferencia de otros poetas de esa misma generación que se han dado a una poesía metafísica de cartón-piedra (bastante ridícula en algunos casos), la de Fombellida  ha sabido jugar en ese terreno intermedio. Fombellida, como se sabe, es autor de libros como Deudas de juego, Norte magnético o Canción oscura, además de un brillante libro en prosa Isla decepción. Curiosamente acaba de publicar Campo de marte, en "Pavesas. Hojas de poesía", edición al cuidado de José Luis Puerto. Y digo curiosamente porque Campo de marte, a pesar de ser su último libro, recoge poemas no publicados por el poeta y escritos, según la nota final, entre 1988 y 1994. Aquí cuelgo el magnifico poema que abre el libro.


LA NOCHE no detiene su abatir.
            En su entero negror crujen cristales,
            alguien patea escombro, remueve la basura,
            orina en la columna de hormigón
            o golpea una puerta de madera.
            Aunque tú no lo creas, esos actos
            nos dan conocimiento.
La noche no se olvida de nosotros,
nos habla, nos bendice con su escoria,
con sus botellas rotas.
     Es entonces
cuando revierto al orden de mi mente
los residuos del día que conservo
adheridos al sueño. Nada valen.
Quiero unirme al rencor de ser oscuro
y apedrear la puerta de un garaje
o arrollar algún perro con mi auto,
porque el dolor enseña cuando es otro
quien lo padece.
Duerme tú, con talón y nalgas juntos,
mientras la lluvia tañe la roída
viguetería del hospital del Carmen.
Entre sus ruinas dormirá un borracho
que pide un punterazo en plena cara.
Duerme confiada. No ha llegado a ti
la madurez de merecer la noche.

2 comentarios:

camaradeniebla dijo...

Me encanta este poema, por el tono

Higorca Gómez Carrasco dijo...

Hermoso poema, letras sentidas que nos envuelven.