sábado, 21 de junio de 2008

EL ACARICIADOR



El verano de 1987 el pueblo de Almendralejo se hizo famoso por una ola de calor, pero también por el célebre caso del acariciador loco. Imaginen el calor superando los cuarenta grados, gente incapaz de salir a la calle, ancianos moribundos que sufren pesadas alucinaciones, personas que ven que su sueño peligra, que se desnudan y se acuestan con el deseo inalcanzable de que el calor se ahuyente de sus casas. Y todo en vano. Sin embargo lo que no sabían los habitantes de Almendralejo es que les acechaba el acariciador loco. Este sujeto esperaba a que llegara la noche. Así, cuando todas las ventanas de todas las casas quedaban abiertas de par en par tratando de hallar una mínima corriente de aire que no llegaba, él se colaba en las alcobas, se metía en las camas de los desconocidos, desnudos, destapados y desprotegidos, y se dedicaba a acariciar los genitales masculinos que pillaba. Eso ocurrió noche tras noche, casa tras casa, durante aquel fatídico verano de 1987. Aquellos hombres sudorosos, cansados por el calor pegajoso como el alquitrán, eran sus víctimas inocentes. El acariciador pasó desapercibido porque aquellos hombres apenas se resistían a sus caricias, dormidos y cansados como estaban. Hasta que alguien, un alguien que debió despertar en medio del show del acariciador, despertó y lo denunció. Ahí quedó descubierto el asunto. Sin embargo, una sombra de duda caló a los ciudadanos de Almendralejo, se miraban desconfiados los unos a los otros, las mujeres se sentían traicionadas y los hombres vejados, sucios en su hombría: ¿en cuántas casas se había colado el acariciador? Más aún, ¿cuántos de sus vecinos habían sido acariciados?, ¿cuántos genitales habían sido palpados sin que sus dueños se enterasen? Tocamientos que habían pasado como leves jugueteos de la esposa dormida. Así lo describió un acariciado: Uno piensa que es la mujer y se deja querer durante unos segundos. En fin, todos podemos confundirnos
El sexo confunde, el acariciador lo descubrió y recientemente también un hombre en Málaga que después de una borrachera en una fiesta con familiares se fue a acostar junto a su esposa con la que hizo el amor. Sin embargo al despertar descubrió que a quien tenía debajo no era su esposa sino a su primo. En fin, llega el verano. Cierren bien sus ventanas. No inviten a familiares.

(publicado el día 19 de junio de 2008, en El mundo ed. Cantabria)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Acabo de descubrir este blog y casi me muero de risa al leer esta historia. Soy de un pueblo cercano a Almendralejo y la ola de calor es intensa..
Volveré a leerte. Un saludo

Anónimo dijo...

Acabo de descubrir este blog y casi me muero de risa al leer esta historia. Soy de un pueblo cercano a Almendralejo y la ola de calor está siendo intensa...
Volveré a leerte. Un saludo
Gema

raúl quinto dijo...

espero que vaya bien esta nueva aventura cibernética, pasaré por aquí de vez en cuando. ¡un abrazo!