jueves, 18 de diciembre de 2008

EL SECRETO DE LAS FIESTAS

Desde que lo leí, siempre me ha impresionado este comienzo de El secreto de las fiestas, de Francsico Casavella. Un verdadero poema:

"Soy un raro de concurso. Un ni por qué, ni para qué, ni dónde. Una tostadora y una cafetera soy. No de los que van con el embudo en la cabeza. Tampoco un raro de esos mayores que se ven en los futbolines con la boca pegada a la oreja de los chavales, que les invitan a una Fanta. De esa clase de raros no soy, porque ahora soy mayor, pero no mayor, mayor. Mi rareza es de marciano en misión especial a la tierra, que disimula el día entero, todos le siguen mirando y el marciano no sabe por qué, y resulta que le miran porque es verde. Soy raro como una vaca jugando al millón. Y digo bien lo que estoy diciendo, porqué sé de vacas y al millón domino. Además, en esto de la rareza he conocido a unos cuantos raros muy raros y puedo comparar."

Y también La banda trapera del río, punks antes del punk. Eduación sentimental. Ignoro la relación entre ambos hechos.


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