[El artista nómada, se nos dice en muchos lugares, es aquel que vive en los aeropuertos, de los cuales nos dice que son (como si lo descubriéramos con él/ella) un no-lugar (algo falaz, basta con preguntar al que vende prensa en el aeropuerto todos los días, si para él el aeropuerto es un no-lugar). Este artista nómada se traslada a lugares exóticos (es otro de sus términos) para traducirnos, gracias al apoyo económico de una institución, sus experiencias. Incluso, por pasar allí quince días, nos descubre, dice, problemas políticos. Pero...]
"El globalismo primero y su elite de artistas nomádicos deben cuidarse de presuponer que el arte hecho desde dentro, inmerso en un contexto social intenso es el mismo que el arte sobre un tema social creado desde una distancia física y, cada vez más, psicológica. Hay un punto en el cual esta brecha creciente podría conducir a una desconexión, cuando no a cierto grado de atrofiamiento conceptual, que se manifiesta mediante una iconografía repetida. [...] Me da la impresión de que la nueva elite posmoderna no es menos esnob que la elite modernista. [...] El globalismo temprano es asimismo conocido por la práctica "comisarial" de importar y presentar arte codificado políticamente fuera del contexto y del alcance de sus audiencias originales para después editar su sustancia y convertirlo en un espectáculo exótico" (Ernesto Pujol, Notes from the field / Apuntes sobre la práctica. White Wine Press, 2006, pp. 10-12)
[Pero... de alguna forma este artista nómada (autoproclamado como tal) transforma todo en acto circense donde finalmente se descontextualiza el material (y por lo tanto se despolitiza) con un objetivo -portátil- puramente esteticista.]
1 comentario:
Con un objetivo esteticista y ante todo, crematístico y narcisista
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