1.
En su artículo, o más bien en su
maravilloso artefacto contra la idea de originalidad (ese concepto blandiblú de
la modernidad) titulado "Ecstasy of Influence", Jonathan Lethem
distingue entre lo que llama economía de mercado y economía del regalo. Y
escribe:
“si acierto al decir que donde no
hay regalo no hay arte, entonces es posible destruir una obra al convertirla en
pura mercancía. No sostengo que el arte no pueda ser vendido o comprado, pero sí
que la parte de regalo que hay en la obra impone una restricción a nuestro
mercadeo. Ésta es la razón por la cual incluso un anuncio muy bello, ingenioso
y lleno de poder (de los que hay muchos) nunca podrá ser un tipo real de arte:
un anuncio no tiene estatus de regalo, es decir, nunca es para la persona a la que está dirigido”
2.
Casi al mismo tiempo que leía esto
disfrutaba de un texto de Thomas McEvilley:
“Por ejemplo,
una sociedad que tiene mucha excelencia artística es normalmente una sociedad
con mucha riqueza excedente. En una situación así, una clase dirigente ha
desviado riqueza excedente de la comunidad como un todo y la ha canalizado
hacia la producción artística. El propósito no es sólo gratificar el amor de lo
bello, sino también ocultar la dinámica de clases de la situación bajo un
deslumbrante barniz de belleza cultural. Este barniz sirve para justificar el
privilegio de la clase acomodada y distraer la atención de la situación,
fundamentalmente de explotación, subyacente. Si estos acaudalados son tan
sensibles y etéreos como para amar la producción de valor artístico —se supone
que uno ha de pensar—, no podrían ser mezquinos bastardos implicados en la
explotación clasista”
3 comentarios:
lo de Lethem está bien, pero la segunda cita es explosiva. A añadir a la consideración evolucionista: hacemos cosas bonitas porque tenemos fuerzas de sobra, para atraer parejas sexuales. (Dije añadir, me parecen compatibles)
Creo que ambas citas se complementan. Estoy de acuerdo con ambas. De cualquier modo, tienes un estupendo olfato. Un saludo
espléndia la de mc evilley. la tomo "prestada" para nuestro blog sopero.
gracias, alberto!
saludos
pepe
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