El poeta no puede sin ceder su puesto al filósofo, aplicar todo el rigor del pensamiento al análisis de la poesía. Él simplemente la conoce y la ama. Sabe donde está y de dónde se ha ausentado. En un como andar a ciegas, la persigue. La reconoce en cada una de sus fugaces apariciones y la captura, por fin, a veces, en una red de palabras luminosas,exactas palpitantes.
José Gorostiza.
No dice nada o todo, no lo sé.Besoooos desde Madrid.
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El poeta no puede sin ceder su puesto al filósofo, aplicar todo el rigor del pensamiento al análisis de la poesía. Él simplemente la conoce y la ama. Sabe donde está y de dónde se ha ausentado. En un como andar a ciegas, la persigue. La reconoce en cada una de sus fugaces apariciones y la captura, por fin, a veces, en una red de palabras luminosas,exactas palpitantes.
José Gorostiza.
No dice nada o todo, no lo sé.Besoooos desde Madrid.
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