Por encima de mi careto, ya me veis con exceso de cabellera y media sonrisa de chulapo venido a menos, y por encima del título que aún no he decidido, se puede leer el nombre genérico y acogedor de esta columna, bajo el cual todos los columnistas nos cuadramos: Al este del oeste. Ignoro el por qué de este título, pero desde que comencé a colaborar me ha llamado enormemente la atención. Y lo ha hecho por un motivo sentimental. Al este del oeste es mi película favorita del olvidado y nada reconocido Mariano Ozores.
Al este del oeste (1984) es una de esas películas, hoy un tanto frikis, de humor idiota, que no surrealista, pero que provoca la risa brutal del espectador. Entre sus protagonistas hallamos a Esteso, Ozores, o Juanito Navarro. Al este del oeste es una película que alguien sabiamente a denominado de paella werstern. Su argumento es “simple”: los habitantes de un pueblecito están atemorizados por dos bandas de ladrones que les asaltan todas las semanas. El alcalde ha escrito una carta a Bill “Pistolas de Oro” (Esteso), el hombre más rápido del oeste. El vaquero ha prometido ayudarles en lo que pueda. A partir de ese momento puede decirse que la trama desaparece y que en su lugar se van encadenando secuencias sin sentido aparente y de una absurdidad desternillante. Hay varios momentos clave: las patatas que planta un indio (Juanito Navarro) salen de la tierra con la redecilla dispuestas para su consumo, o el momento en el que el camarero pregunta a Esteso “qué va a ser” y éste responde: “naranjero como mi padre”. Sin embargo, el momento clave está en su banda sonora, una canción perfectamente entonada por Esteso donde le oímos narrar una “historia” que da el “sentido” a la película. Ésta es la letra: “The sky with sun que te torras, / White Label, Chivas, Long Jhon, / el Dyc se lo drink your father / the better is the Glenn Horse / My name is Bill Golden Pistols, / my horse is Silver: away! / I go por todo el Oeste to kill malo's pipóls / I love the moza's, que yo me tropiezo in my way”.
Ya no valen las distinciones entre alta y baja cultura. Todo vale, hasta ser un drácula ye-ye, como cantaba Pajares hace ya cuarenta años. Yo hice a Roque III, La Lola nos lleva al huerto o Los bingueros. Títulos inolvidables que merecen su estudio sociológico. Llegará.(publicado el día 6 de junio de 2008, en El mundo ed. Cantabria)
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