martes, 20 de mayo de 2008

HORMIGA MENENDEZ PELAYO

Ser anti es una forma defectuosa de ser. Este consejo de Ortega suelo seguirlo a rajatabla. Así que no diré que soy antimenendezpelayista, porque no sería verdad, sino alguien que considera al insigne montañés una coqueta hormiga. Hay en el mundo literario y académico fundamentalmente dos clases de insectos: las hormigas culonas que recolectan y ordenan, que recogen y amasan, que acumulan datos sin freno, y hay arañas que con un menor grado de recolección y conocimientos saben tejer y atraer el mundo hacia ellas. M. P. era una hormiga. Y qué hormiga. Ante esa hormiga uno se ha de quitar el sombrero. Sabía recolectar como nadie lo ha hecho hasta ahora, sabía ordenar como ningún otro especialista ha hecho, era un profundo conocedor de la tradición PATRIA (pronúnciese con fuerza) y de parte de la foránea. Ordenaba. Documentaba. Ofrecía datos inverosímiles para la época. Indexaba lo indexable, hubiese catalogado la arena si ésta hubiese escrito algo, lo que sea. Era capaz de conocer la cita más remota, el nombre más perdido. Coño, era el google de la época. Nada se le escapaba. Quizá dentro de cien años, en la puerta de la Biblioteca Nacional, junto al insigne MONTAÑÉS hallemos el logo del famoso buscador. Qué imagen tan hermosa. Todas las épocas han necesitado su google, su buscador, su hormiga laboriosa pero nada dotada para la creación, para las relaciones insospechadas, para la invención, para el misterio.
Parece que a M.P. sólo una cosa le fallaba: no saber ser una araña. Es decir ser incapaz de mirar más allá de sus gafas a la hora de abordar las relaciones de la literatura, a la hora de crear o establecer posibilidades. En ocasiones se liaba la manta a la cabeza (la imagen de M.P. con turbante no deja de ser curiosa), y decía perlas como que la poesía anglosajona de Wordsworth o Coleridge era poesía menor y que jamás perduraría en el tiempo. Pobre M.P. si levantase la cabeza y viese que ese poeta de los estúpidos y de los mendigos como llamaba a Wordsworth (M.P. era muy respetuoso con lo que no le gustaba) es considerado el gran poeta inglés de todos los tiempos.
Digo todo esto sobre nuestro insigne google montañés (cuya moral era el menor de sus defectos) porque leo estos días al grandísimo Wordsworth y sonrío al pensar en nuestra particular hormiga culona M.P.

(publicado el día 4 de mayo de 2008, en El mundo ed. Cantabria)

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